Es una de las razas francesas más antiguas, proveniente con seguridad de los mastines orientales llegados al continente europeo con las ordas bárbaras del pueblo alano. Sucesivamente, y en épocas más recientes, otras razas caninas han contribuido a la definición de este perro. Seguramente entre éstas encontraremos al Mastiff, al Bulldog inglés y aún al Dogo alemán. El resultado que se ha obtenido es el de un perro de enorme fuerza y potencia en menoscabo, sin embargo, de la agilidad y la velocidad. Antiguamente, era también utilizado para la caza de grandes animales y para los combates en las arenas. Su crianza estaba entonces muy extendida por todo el territorio francés. Posteriormente, una vez que se terminaron las grandes cacerías y aquel tipo de espectáculo en los circos, su popularidad disminuyó sensiblemente, limitándose su empleo a custodiar las propiedades. Hoy se mantiene en existencia, casi exclusivamente en su país de origen, por un número limitado de apasionados criadores que están intentando una recuperación que sin embargo se presenta muy difícil.